Vinificación: Método tradicional; segunda fermentación en botella.
Crianza: Un mínimo de 15 meses.
A primera vista la magia de su color ya nos indica que estamos ante un producto con mucha personalidad donde el Merlot se transforma en rubíes y ámbar brillantes. Su aroma, limpio y franco, nos muestra la más fresca esencia de la variedad, un juego de fresas frescas y balsámicas acompañado de cremas pasteleras y almendras caramelizadas fruto de su larga crianza. En boca, sedoso y crujiente, goloso y seco a la vez, nos ofrece el inolvidable recuerdo de su grandeza. (Xavier Nolla)
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